Podéis acceder a la primera de las entradas en el siguiente enlace:
En esta sesión he perfilado un poco esos bordes superiores de las paredes para que no se noten las bolitas del corcho blanco y he "bocetado" en la propia base de la escenografía lo que será el suelo de la misma. En este caso un enlosado.
Con un cartón fino algo más delgado que el cartón de los paquetes de cereales (concretamente este es del paquete de unos "rollitos de primavera" congelados) he sacado el material para las losas. Marcando primero la cuadrícula con lápiz y luego con el cúter y la ayuda de una regla he realizado las juntas entre losa y losa con cuidado de no incidir demasiado para no cortar por completo el cartón.
Y ¿por qué este tipo de cartón concretamente? Pues tiene su porqué. Tiene un color estampado diferente al color típico del cartón común que estamos acostumbrados a ver. Ese estampado como desgastado, ya de por si crea un efecto parecido al que queremos conseguir con el pintado. Además este tipo de cartón absorbe menos cantidad de agua tanto por su fino grosor como por el tipo de cartón en si (supongo que por el tipo de papel que lleva). Con lo que se comba mucho menos.
A partir de aquí y con la "plancha" de suelo sin pegar hay que echarle imaginación y/o tirar de fotografías de suelos en ruinas e ir componiendo lo que será definitivamente un piso de losas ruinosas. Es un trabajo sencillo pero requiere de tiempo. Recomiendo la utilización de una cuchilla/cúter/bisturí bien afilado, paciencia y mucho cuidado con los dedos. Os dejos tres vistas del suelo ya acabado.
Antes de pegar la composición de losas le di textura a las paredes. Si os fijáis bien veréis que las paredes quedan con pequeños huecos y entresijos perfectos para cuando le demos pintura. Este efecto se consigue con el corcho blanco de bolitas una vez texturizado.
Y eso fue todo lo que dio de si esta nueva sesión. Dentro de poco más avances!
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