Lo primero y con un pincel pequeño (nº 1) sería rellenar dichos huequecitos con agua. Mojamos el pincel en agua limpia, secamos un poco el sobrante y vamos rellenando los huecos con cuidado de no hacer que esta rebose por lo bordes. Una vez cubierta y con un pincel más fino (nº 4/0) y mojado con el color que queramos usar (recomiendo una mezcla de color/agua de 1/3 para que esta no sea tan densa y fluya mejor) tocamos el agua con las cerdas de pincel y automáticamente la pintura cubrirá parte del recorrido que hemos mojado previamente:
A continuación repetimos: volvemos a tomar pintura con el pincel fino y en otro punto donde haya agua acumulada volvemos a repetir el proceso. Así hasta cubrir por completo la zona:
Fácil. Y como podéis comprobar el resultado es muy bueno.
Recordar que la mezcla de color/agua que vayáis a utilizar para pintarlo debe de estar en una proporción de 1 a 3 ya que estará más diluida y le costara menos seguir el curso del agua que hemos colocado previamente. Una vez seco el color pierde algo de intensidad debido al aporte extra de agua que recibe. Para mayor intensidad dejar secar muy bien y repetir el proceso.
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